Mentiras son tus sonrisas

Escrito por Andrés Hernández Martínez. 8 de julio de 2016, viernes.

Esta Cartagena es particular, que sea la ciudad con más desfibriladores de la región no es por casualidad, es normal, con tanto tonto contemporáneo, los desfibriladores y la coramina han de usarse a granel…, si creíamos que con Barreiro y el PP habíamos tocado fondo, las incompetencias manifiestas de MC con su compañera de chatarrería del PSOE han roto las estadísticas, de hecho, en un año, solo han convertido en chatarra lo que han tocado, y encima adornándolo de soberbia y condimentado con mediocre prepotencia, lo dicho, esto es Cartagena, los perdedores gobiernan y hacen de su capa un  sayo, la clase y la elegancia para gobernar están ausentes, las responsabilidades municipales también, hace falta pagar una consultoría para reajustar las plazas municipales, ¿y el edil responsable?, “asinque” para no perder mucho el tiempo, de momento…, con ellos, la metáfora es la mentira, como la de las boyas de limitación de la zona del baño en la Manga, porque es mentira lo que dicen, el temporal no se ha llevado nada, fue y es la desidia de este gobierno o lo que sea esta lucha de intereses Lopez/Castejón, quien las dejo abandonadas hace un año a su suerte, y ahora, tampoco les importa mucho, solo su interés y sus amistades, y esto es un hecho, ya que carecen de conocimientos y responsabilidad, lo dicho, la metáfora de este gobierno de fortuna pero muy desafortunado. ¡¡¡Échame una mano prima que viene mi novia a verme!!! Por cierto, hace un año, en la génesis de este convenido maridaje de siglas, hice varias apuestas de que Castejón no gobernaría nunca.

Y ahora sí, ahora los tambores de Fu Manchu en la tumba de Genghis Khan. La señora Barreiro se va a su retiro espiritual del Senado, aforada e intentando esquivar las dudas y sospechas judiciales derivadas de su gestión cartagenera. Con ella se va Celdrán, más macetero que planta, pero dejan la rémora aquí para que se devoren entre ellos. Todavía, y ya huele a rancio, a estas alturas no han entendido el mensaje de las gentes conservadoras cartageneras, todavía no han entendido lo que queremos y todavía no entienden que, a pesar de que les resbale todo a los espejo, ayalas, segados, bernales y demás fauna política, no los queremos.

No queremos a las familias de interés e interesadas. No queremos a los políticos de saldo de mercadillo. No queremos a los gestores de ocasión favorecida. No queremos a voceros de garito. Queremos políticos y gestores de entidad y con clase, con currículo y experiencia y no palanganeros del gobierno regional. No queremos difuntos que, cual alma en pena, arrastren su histórica miseria a imagen y semejanza de Barreiro, no queremos circos mediáticos de compromisarios comprometidos e implicados antes del voto, manipulados y esto es un hecho. No queremos esta dictadura de partido que afecta a la ciudad, una farsa a la que se han acostumbrado y ya no se ruborizan por disimularla, y ojo, hay esperanza…, Cicerón hablaba de ellos al citarlos “Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros”. Hay gentes honradas, las cuales nombraré en siguientes ocasiones y que no son ajenas a nadie en este partido, y además de inmaculada experiencia y sapiencia, de envidiable currículo, admirado y respetado por todos los ciudadanos y a la vez, odiado y envidiado por este enjambre. Y gracias a ellos y su trabajo que calladamente refrescan este aire podrido, en silencio hacen efectivo y exitoso el trabajo y la gestión, son gentes que han sido mancilladas y humilladas por esta señora de luctuoso corazón político que nos abandona, vengativa y resentida y que solo la providencia o el Karma le dará en su momento la buena o mala ventura merecida.

Viendo los documentos gráficos de los personajes que han de dirimir el futuro del partido y por extensión de los conservadores cartageneros, neo liberales y pseudo socialdemócratas en la ciudad, el abajo firmante exhala un sentimiento entre el sarcasmo y la ironía, imagina a unos cuantos buscando entre la basura desperdicios políticos a los que agarrarse, que ya les vale. Otros, como ‘la flor de la canela’, airosas y airosos caminan haciéndose ver en busca del usufructo del afín. Algunos airean favores y chantajes de barrio marginado en saraos de envidias y macedonias de celos y desazones.

Mucho darán que hablar, y solo nos ofrecerán chanzas y jocosidades, irreverencias, osadías de incompetente y desvergüenzas políticas. Todo por mantener un plato de lentejas oculto tras grandes despilfarros de apariencias, sin trabajar… ¿De verdad nos merecemos esto? “El mal es vulgar y siempre humano, y duerme en nuestra cama y come en nuestra mesa”.  Hugh Auden

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