'Tus 20 minutos de primavera llevan el código de la luz'

Escrito por Juan Hidalgo Caballero. 17 de julio de 2018, martes.

"Después de 1903, año en el que el médico danés Niels Finsen ganó el Premio Nobel por utilizar la luz solar en un exitoso tratamiento contra la tuberculosis, el conocimiento  de la helioterapia se extendió de tal manera que llegó a utilizarse en más de 165 enfermedades. En 1930 la comunidad médica europea conocía y apreciaba muy bien el poder curativo del sol, el  mejor ejemplo de ello fue el médico y escritor suizo Auguste Rollier  que llegó a dirigir  36 clínicas con un total de 1.000 camas.

Ubicando las clínicas sobre los montes suizos, se conseguía más cantidad de radiación ultravioleta debido al menor espesor de la atmósfera.  Sorprendió  a los doctores que los pacientes que se soleaban con gafas de sol no se beneficiaban tanto como los que no las usaban. De ello se desprende que las personas que gozan de ojos sanos no deben  utilizar abusivamente   gafas con filtro solar durante su tiempo de  ocio o  con  una finalidad  puramente  estética,  ya que esta práctica no permite que la luz natural llegue al cerebro y paradójicamente podría aumentar  el riesgo de padecer  la temida  ceguera del adulto. Una mejor opción más saludable, siempre que se pueda, es el sombrero o la visera. Sobre 1960 la progresiva llegada de los antibióticos   entusiasmó a la comunidad médica que pronto abandonó  la helioterapia empujada por  la flamante Escuela Americana De Medicina. Entrados  los años 80 se envió a la sociedad un mensaje  bien distinto, pues  se advirtió  que  los rayos ultravioleta  aumentarían  el riesgo de contraer  cáncer de piel y en consecuencia deberíamos  protegernos de ellos. El sector productivo industrial conseguía así  construir  y  generalizar un conocimiento   acorde a sus intereses (mediante el uso del marketing del miedo), que ha calado  tanto en la población general como en los propios facultativos. Basta con  ver las recomendaciones  preventivas  de la O.M.S en este sentido (en nuestro territorio español, según este organismo, tendríamos que utilizar protección durante todo el año) para entender que son imposibles de llevar a cabo, no solo por los miles de millones de personas  a la que afecta en el mundo, sino por el impacto negativo en  el medio ambiente y la  carga económica para las familias, sin contar con  los  riesgos  para la salud que el uso de estos cosméticos podría  ocasionar (hoy día  en estudio). SIN NINGUNA EVIDENCIA SÓLIDA QUE LO DEMUESTRE, el astro rey ha pasado de ser motor de vida  para  todos los seres vivos de la tierra, a ser identificado  como un  enemigo que temer tanto  para  la salud como  para la belleza del cutis, sobre todo  el de las señoras. En el lado opuesto están los incondicionales  del  culto a la belleza que han puesto de moda un tono de piel muy  bronceado, nada saludable, imposible de conseguir sin atracones de insolación  nada recomendables que acaban quemando y envejeciendo la piel.  A la sombra de esta nueva epistemología INTERESADA  se están haciendo  negocios millonarios   y  también se ha incurrido en  “iatrogénesis”  social y cultural, un concepto del erudito  Iván Illich  que se trató en el  anterior  artículo “Espejismo de la medicina segunda parte”. Toda esta problemática llena de incertidumbre la trataremos ampliamente  en otro momento. Afortunadamente estos últimos años  traen vientos  de cambio, pues son miles los estudios científicos  donde se  involucra a   la vitamina D, reflejando así  el fuerte  interés suscitado por esta molécula prodigiosa producida  en nuestra piel bajo los  efectos de la luz solar.


De los resultados ofrecidos en  las revistas médicas  se deduce, sin lugar a dudas,  que la falta de exposición prudente a la luz solar es un factor de riesgo muy grave para la salud,  y  no al contrario. Aunque la O.M.S parece estar suavizando su postura, los dermatólogos (no son la totalidad por fortuna) aún no han variado  la óptica imperante del miedo que otras especialidades médicas   empiezan lentamente  a superar. Éste es el fundamento de este  artículo, poner de relieve la importancia capital que tiene en nuestras vidas este astro Sol, más allá de su conocido beneficio  sobre  el sostenimiento  de los  huesos, o el uso estético de moda. Esta es sin duda  una de las informaciones más valiosas que se puedan ofrecer  a día de hoy  para el autocuidado preventivo  de la salud en general  ya que,  repito,  no exponerse al sol con regularidad y prudencia durante todo el  año, es causa de la misma  cantidad  de muertes que el tabaquismo.

Lo primero recordar el famoso experimento del bioquímico Fritz-Albert Poop, lo llamó “el código de la luz”, pues en dos cubetas puso sangre humana y solo en una de ellas añadió una bacteria patógena capaz de producir enfermedad. A continuación hizo pasar la luz solar de una cubeta a otra observando que en las dos se producían anticuerpos a pesar de que sólo  una de ellas contenía el patógeno. Repitió la prueba en una segunda ocasión pero colocó un filtro ultravioleta entre ambas cubetas a fin de que la luz no pasara de una a otra. Con esta variación solo se crearon anticuerpos en el envase que contenía el patógeno bacteriano, en el otro no. Se dio cuenta el investigador, que la más antigua forma de comunicación entre las células  se establecía mediante un  CÓDIGO DE LUZ, sabemos hoy que los linfocitos T, al igual que otras células del cuerpo, son fotosensibles. Debemos tener  en cuenta que el  28% de nuestra composición genética varía de invierno a verano (la vitamina D  controla una porción de ella) adoptando  un modo inflamatorio y antiinflamatorio respectivamente, defensa y reparación. Curiosamente por este motivo nuestro colesterol aumenta en invierno ¡extraordinario! ¿No?

Nuestra piel es como una central fotovoltaica, igual que las plantas, capaz de producir muy variadas  reacciones químicas (por exposición a las distintas longitudes de ondas lumínicas tanto infrarrojas como ultravioletas)  necesarias para  hacer funcionar saludablemente y con eficiencia  nuestro complejo cuerpo. Concretamente  la luz es de vital importancia ya que bajo su influencia se producen en la piel diferentes sustancias como el  sulfato de colesterol, endorfinas, cortisol, óxido nítrico, la hormona  solitrol  y  la vitamina D, sin olvidar  la influencia que ejerce  sobre las  hormonas  sexuales  y también a  la  pineal, la melatonina.  Se ha investigado que estas longitudes de onda lumínicas pueden reducir la presión arterial, el pulso cardiaco,  mejorar la memoria, oxigenar los glóbulos  rojos (de mucho interés en los pacientes de pulmón), estimular  la glándula  tiroides y la producción de glóbulos blancos, regular los ciclos del sueño, mejorar  la apnea de sueño, normalizar  el estado de ánimo, reforzar el sistema  inmunológico, inactivar  bacterias de la piel, cicatrizar las  heridas,  prevenir la ceguera en adultos y la miopía en niños, efectos muy  beneficiosos  para un sin número de problemas. Hoy día se empieza a comprender que la luz puede “estructurar”  el agua de nuestro cuerpo y la de los caudales naturales  dándoles  una configuración   hexagonal  que ayuda en  el sostenimiento de  nuestra bioelectricidad, pero esto es otra historia “un romance” entre el astro Sol y los átomos de hidrogeno del agua. Por tanto también en otoño e invierno debemos procurarnos unos minutos de sol directo,  en al menos un pie cuadrado de nuestro cuerpo, pues  aunque casi no lleguen rayos ultravioleta tipo B,  ya sabemos que el resto de longitudes de onda como son  los UVA, la luz azul  o los infrarrojos (estos últimos representan el 40% de la radiación) son también necesarias. Dicho sea de paso, el alumbrado de los hogares y de las calles durante la noche debe ser de luz amarilla  para  que  predominen  los  infrarrojos que inducen al sueño (igual que cuando en el pasado se utilizaban las brasas incandescentes  y las velas o el gas). Los infrarrojos del espectro de luz solar  propician  la relajación de los vasos sanguíneos activando el óxido nítrico,  estimulan a las mitocondrias para que controlen la reparación celular (éstas deciden que célula debe morir o vivir) y tercero, los infrarrojos actúan sobre  el citocromo que a su vez estimulará  a las mitocondrias, nuestras fábricas de energía celular, para que activen  su producción  de ATP. Esto ha hecho pensar a los científicos que los humanos también podemos producir y mejorar nuestra energía mediante la luz COSA FANTÁSTICA PUES EL CORAZÓN Y EL CEREBRO SON LOS QUE MÁS MITOCONDRIAS TIENEN  AL SER ESTOS LOS  QUE MÁS ENERGÍA NECESITAN. Una de las aplicaciones de gran utilidad y simpleza  es la lámpara de infrarrojos para tratar de frenar o prevenir la demencia y el Alzheimer (un económico tratamiento que consiste en  proyectar  luz infrarroja sobre la cabeza). Se ha comprobado que en los países con menos horas de sol hay más Alzheimer  por ello crece el interés científico en este sentido. EL IMPACTO DEL INFRARROJO  ES  SIETE VECES SUPERIOR AL MEDICAMENTO MÁS UTILIZADO PARA ESTA ENFERMEDAD, EL ARICEPT, ¡fantástico! También la luz solar puede usarse como antiséptico ambiental  máxime cuando algunos  de los problemas más acuciantes en la práctica médica actual son las infecciones contraídas en los hospitales, la desinfección de las estancias o quirófanos  y las resistencias a los antibióticos. Solo unos datos, la luz azul  inactiva en unos pocos minutos  al temido estafilococo áureo resistente a la  meticilina (SARM), a su vez  los ultravioleta matan el 90% de las bacterias ambientales resistentes  incluida la de la tuberculosis, evitando en este último caso  un 70% su propagación.

Las más fascinantes ventajas de tomar el sol en  primavera y verano  es la producción de vitamina D en nuestra piel, que transportada por el sulfato de colesterol  (que también se forma en la dermis por la influencia  de los rayos UVB) viajará hasta el hígado y después a los riñones de donde sale  activada para ser repartida  por todo el organismo. La vitamina D es una potentísima vitamina  que desgraciadamente no podemos  obtener en suficiente  cantidad de los alimentos (apenas un 20% de la necesaria)  y  por tanto  la mayor parte la debemos  sintetizar  bajo  influencia solar, es  por eso que se la considera, hoy más que nunca, una hormona  reguladora ubicua que tiene  receptores en todas las células. Sabiendo que la inclinación solar en España  es inferior a 50 grados  durante el otoño e invierno, es imposible que pasen  suficientes  rayos ultravioletas  B  a través de la atmosfera, de forma que no se sintetiza  vitamina en esos meses. El consejo será  tomar muchos alimentos  marinos  en estas dos estaciones  del año y tomar suplementos en comprimidos  de vitamina D3 (o utilizar  una cama de bronceado de balastros electrónicos, no magnéticos y de baja presión, en este caso muy  pocos minutos y  solo cuando no se tengan mejores opciones). Se  ha estudiado que en la generalidad de los países, tanto del hemisferio  norte como del sur, existe deficiencia de vitamina D, en España la deficiencia alcanza al  50% de la población en verano , aumentando mucho este porcentaje  en invierno, lo mismo ocurre en Marruecos que en  Málaga o Cantabria. El mayor investigador de este tema  el doctor  Holick, que por cierto visitó Madrid  hace tres años  para  dar una conferencia  ante  un nutrido grupo de nuestros médicos, asegura que este problema biomédico al que nos enfrentamos (la deficiencia D)  es uno de los mayores de la actualidad.


Mil millones de personas en el mundo  padecen déficit D, en los E.E.U.U se calcula que 50.000 personas mueren al año por falta de sol.  Las autoridades sanitarias del Reino Unido o Canadá  ya han alertado a la población de esta deficiencia y recomiendan tomar suplementos a diario. Se ha puesto  en marcha un gran estudio de investigación europeo con el nombre de ODIN para sensibilizar a la sociedad y a los profesionales en la búsqueda de  soluciones a esta amenaza contra  la salud pública (también en los E.E.U.U tienen programas en marcha como D-ACCION  o   “proteja a sus niños ahora”), la Universidad  Politécnica de Madrid  tiene parte en este proyecto que aún no ha concluido.

Llegado a este punto se preguntará por qué es tan importante mantener niveles saludables de vitamina D todo el año, la respuesta es sencilla pero encierra una gran complejidad. Como hemos dicho hay receptores de VD en todas las células y por lo tanto todas  están sujetas a su influencia,  incluso cuando comienzan las primeras células tumorales (cáncer). La VD orquesta  tres funciones vitales  de forma directa o indirecta,  como hormona  maestra tiene  influencia en nuestra epigenética  y  controla  parte de  la expresión  genética,  actúa    sobre  la diferenciación celular,  modula  el sistema inmunitario  y tercero, rige  la función hormonal, ¡nada más y nada menos!, sin la suficiente cantidad de  vitamina  nuestros linfocitos ”asesinos”, esenciales para  nuestra defensa,  no se activan. Por tanto un buen número de enfermedades crónicas , infecciosas e inmunológicas  se pueden beneficiar de unos valores altos de  VD en sangre, YA SEA PARA MEJORAR SU CURSO SI YA  SE HAN PRODUCIDO ,O  SEA  PARA MINIMIZAR EL RIESGO DE PADECERLAS  O  RETRASAR SU APARICIÓN, estas son las más importantes: Síndrome metabólico, enfermedad del corazón, enfermedades de la piel (psoriasis), diabetes (tipo uno y dos), problemas con el colesterol y los triglicéridos en sangre, enfermedades vasculares (arterioesclerosis), enfermedades inflamatorias (artritis),esclerosis múltiple ,epilepsia, enfermedades infecciosas  como  la tuberculosis (que mata un millón y medio de personas cada año en el mundo siendo la causa principal  de muerte por infección) , o el virus del papiloma humano que aumenta su prevalencia (su presencia) cuando los valores de VD son bajos, y lo mismo reza para el  tratamiento o la prevención del temido cáncer … SIN QUE ESTO SEA UNA PANACEA  tener niveles altos de VD entre 40ng/ml. Y 60ng/ml o más, tiene una poderosa  influencia preventiva y fortalecedora  real para nuestra salud así como para  el retraso del envejecimiento. Precisamente  las personas mayores  van  perdiendo paulatinamente su capacidad de síntesis de VD por la piel, otro síntoma de envejecimiento que deja a este numeroso grupo de personas sin defensas ante todas las enfermedades. La hormona actúa como lo hace un antivirus informático, de la misma manera que  este  protege  la integridad de nuestro ordenador y sus funciones, la vitamina D  hace el control y la vigilancia en nuestras células (aunque no hay antivirus perfecto ni tampoco dos personas iguales). Ahora sabemos que el valor de la vitamina D  ES MUCHO MAYOR DE LO QUE SE SABÍA HACE TAN SOLO 10 AÑOS y  en términos preventivos,  los fármacos o las tecnologías  médicas ESTÁN MUY  LEJOS DE IGUALAR   LO QUE  ESTA  HORMONA PUEDE HACER POR USTED.  Si aún no está demasiado sorprendido siga leyendo esto que sigue. En un informe analítico se considera suficiente  una concentración de V.D en sangre que llegue a 30ng/ml (LA MAYOR PARTE DE LA POBLACIÓN ESTÁ POR DEBAJO DE ESTA CIFRA Y MUCHOS NO LLEGAN NI  A  10ng /ml) pero un surfista en Florida alcanza una cifra de 70ng/ml y el vigilante de la playa, que no está metido de continuo en el agua, alcanza los 100ng/ml,  ¡estos gozan sin duda de mejor salud!    Siguiendo este  ejemplo, podemos alcanzar valores altos en primavera y verano con solo tomar  20 minutos de sol directo varias veces en semana sin protección solar ni cristales de por medio,  algunos minutos menos serán suficientes  si su piel es blanca tipo 1 o tipo 2 (pero en  otoño e invierno será necesario tomar un suplemento en forma de comprimidos). Usted  puede medir sus valores de VITAMINA  D  mediante una analítica de sangre  normal o si  lo prefiere, puede  hacerlo desde casa mediante un kit (para vitamina D)  de venta en red o en establecimientos  para productos sanitarios, así sabrá  en cada época del año si tiene que tomar más minutos de  sol o más vitamina D3 por vía oral. Para la mayoría de las personas una dosis de 5.000 unidades   será la ideal para mantener los niveles por encima de 40ng/ml en la época invernal. Aunque esta vitamina es de venta libre en los establecimientos de nutrición, herbolarios  y  parafarmacias (no se dan casos de toxicidad) no todos los facultativos  tienen la misma idea de su  dosificación,  POR TANTO SOLO  SU PROPIA  ANALÍTICA DE SANGRE  LE DARÁ  LA CLAVE DE LA CANTIDAD QUE NECESITA PARA SUPERAR LA CIFRA MÁGICA DE 40ng/ml. ¡No tema nada! pues dosis de 10.000 unidades o hasta 50.000 son tolerables  por más de medio año y son muchos los institutos de investigación que manejan dosis diarias de 8.000 unidades o  más. Mi familia y  yo tomamos 5.000 unidades durante los seis meses de frío. TAMBIÉN MI HIJA DURANTE  EL EMBARAZO se suplementó con vitamina D,  pues en esta etapa adquiere  singular  importancia tanto para la madre como para el futuro niño, incluso para prevenir riesgos de enfermedades en su posterior desarrollo infantil, los pequeños  y los  escolares no deben descuidar sus suplementos en invierno (adecuándolos a su peso como es natural).

Pero hay muchas más razones por las que  debería usted tomarse muy en serio  sus niveles de vitamina D, haré un resumen  a continuación de las ventajas de tener concentraciones en sangre de  40ng/ml o más de ésta increíble vitamina: En un estudio publicado en junio del 2014 en B.M.J, unas tasas bajas de vitamina D están ligadas  a  un   aumento del  57%  en la mortalidad (sumando  todas las causas). Según Holick, Grant y Garland en Gran Bretaña habría 22.000 fallecimientos menos por cáncer todos los años si la población tuviera una mejor tasa de vitamina D, y esto es    porque se puede reducir un  67%  el riesgo de cáncer  (promedio)  solo con mantener niveles altos de V.D  todo el año, ¡merece la pena tomarse la molestia de cuidarla! También  nuestro veterano investigador Alberto Muñoz  Terol   avisó ya en el año 2011  que  si se evitara la carencia  de esta vitamina,  podrían evitarse  en España 5.000 muertes al año solo por cáncer de colon (la mitad de las que se producen, ¡menuda noticia!). Además,  habló también  nuestro eminente doctor murciano de las altas  reducciones   en la tasa de cáncer de mama, útero  y próstata,  muy buena noticia ésta, habida cuenta que el marcador prostático P.S.A  en los varones  también ha fallado para alertar de un posible cáncer prostático,  desaconsejándose    su utilización en la actualidad. En el caso del cáncer de colon se ha calculado una reducción del riesgo en un 80% con buenos niveles de vitamina D en sangre… ¿NO SERÍA MEJOR PREVENIR  QUE INTENTAR CURAR  PRECOZMENTE?,  PUESTO QUE  IMPONER UN  TEST DE SANGRE  OCULTA EN HECES PARA MAYORES 50 AÑOS, ¡NO HACE DISMINUIR  LA MORTALIDAD TOTAL POR TODAS LA CAUSAS EN EL GRUPO INVESTIGADO!  Si se implantara el test en toda España, se reduciría en 1% las muertes por cáncer de colon,  es decir, 100  fallecimientos al año (según se desprende de los estudios disponibles), pero con la vitamina D  ¡se salvarían  5.000  personas!   En cuanto al cáncer de mama, la vitamina D  reduciría el riesgo de padecerlo en un 83%, mejor medida también que hacer mamografías  anuales a las mayores de 50 años, donde solo se beneficia UNA mujer de cada 2.000  en DIEZ años , ¡una barbaridad!. La leucemia vería reducido su riesgo en un 50%. Más de 800 referencias médicas recomiendan la vitamina D para prevenir el cáncer, seguro  que a usted no  se le ha  informado de  esto en sus centros sanitarios ni  lo ha oído comentar,  ni de pasada,  en” los programas de salud  televisivos”,  y  no por falta de evidencias probadas… ¡EN FIN…!  También disfrutará de un descenso de un 50% en el riesgo de infarto, pero  SI LO PADECIERA , TENDRRÍA  UN 100% MÁS DE POSIBILIDADES DE SUPERARLO  (ADEMÁS  LA V.D ES MUY EFICAZ PARA MEJORAR LA INSUFICIENCIA CARDÍACA TAN EXTENDIDA ENTRE NUESTROS MAYORES). Acometer  esta medida, cómo no, también es mejor que tomar  estatinas  (las pastillas del colesterol) ¿por qué  será?... Se reduciría el riesgo de gripe en un 83% ¡superior a la vacuna!, y sin efectos secundarios, sino todo lo contrario (¡pero no lo verá en  la tele!). Continuaré con un resumen de datos muy a tener en cuenta que no puedo obviar. Un 80% menos  de riesgo de padecer  la temida esclerosis múltiple, un 50% menos de padecer fracturas y osteoporosis (frente a una disminución pírrica con los fármacos del  1% al 7% según el tipo de fractura), también disfrutaremos de una disminución del riesgo de padecer diabetes tipo uno en un 71%, el asma caería el riesgo en un 63%,el  de la demencia (que tantos ancianos la padecen) disminuiría en un 125%, ya sabe que puede tratarse y prevenirse con infrarrojos (JUNTO A OTROS TRATAMIENTO) con resultados mejores que con el fármaco ARICEPT ,también bajaría el riesgo de depresión y disfunción eréctil. ¡Asombroso!

Son miles los estudios en todo el mundo que se han realizado y se están realizando en torno a la VD en los últimos años, por ejemplo, en la Universidad Complutense de Madrid los doctores Gonzalo-Gross  y  Valtueña  realizaron un estudio publicado  en 2015 que explicaba que los niveles bajos de vitamina D en NIÑOS  incrementaba el riesgo cardiovascular (se midió tensión arterial y triglicéridos) .Otro estudio en España publicado en News Medical  Life  Sciences  aseguraba que EN ESPAÑA,  solo  20 minutos de sol tomados alrededor de mediodía (SIN PROTECCIÓN SOLAR), serían  necesarios  en primavera y verano para cubrir nuestras  necesidades de vitamina D   (para personas de una piel  tipo  III  que es la más común aquí). Este es pues el consejo a tener en cuenta en estas fechas de primavera y verano pero  sin olvidar  que es una costumbre saludable también para el invierno, como hemos dicho antes.

Me alegro de poder dar excelentes  noticias también para las mujeres embarazadas o que planean su embarazo, así también  para las lactantes y sus pequeños, pero esto será en un próximo artículo con el  nombre   ” Este consejo es mi mejor regalo”.

Finalmente es recomendable para todos  una alimentación rica en frutas y verduras llenas de carotenos como zanahoria, tomate, melocotón, sandía,  calabaza…pues  son la mejor manera de ir preparando nuestra piel para el verano. Se debe empezar en primavera con  exposiciones cortas al sol  para ir adaptándose a la nueva  intensidad  de la luz, más importante aún si no se ha expuesto a él en invierno. Para los más exigentes o de piel más delicada, el  carotenoide   astaxantína es un refuerzo antioxidante  que puede tomar en capsulas al comienzo de la temporada estival para reforzar las defensas en la piel (este carotenoide es el responsable del color rosa del salmón). Una vez trascurrido el tiempo de exposición  prudente lo mejor es vestir camiseta y sombrero, mientras  busca  una buena sombra.  Debe valorar el uso de prendas certificadas  con filtro UV  y evitar las horas centrales del  día en verano (con excepción de los 20 minutos necesarios para abastecerse de vitamina D) esto es PARTICULARMENTE SERIO  para las personas de piel muy blanca y sensible quienes deberán asegurarse de no escasear de omega tres por este mismo motivo. Se puede recurrir a un suplemento alimenticio de omega tres, de aceite de krill, que contienen  astaxantina natural. Es una buena estrategia ADICIONAL no enjabonar la espalda o piernas  hasta 48 horas  después de una exposición solar INTEGRAL, pues durante ese  tiempo  el sebo de la piel contiene  PROVITAMINA  D, enjabonar estas zonas inmediatamente después de asolearse  impediría la total absorción de esta molécula, cosa no conveniente sobre todo a los veraneantes de fin de semana o a los que por su tipo de piel no desean tomar el sol  con demasiada frecuencia.


Si todavía cree que la vitamina D no es tan importante, compare los  900 muertos anuales de cáncer,  melanoma o  de la gripe, con las 100.000 defunciones que se producen por el total de los distintos tipos de cáncer en España, y tampoco  olvide echar cuentas de las  muertes producidas  por el nutrido grupo de enfermedades diversas  que  la vitamina D podría ayudar a prevenir (bastante más del doble que las del cáncer en general). Supongo que comprenderá ahora por qué el doctor  Holick  se lamenta de esta catástrofe a la que se debe enfrentar la biomedicina actual. En España el experto doctor madrileño Sánchez  Franco, desde su veterano punto de vista como endocrino, también se lamenta de falta  de sensibilización  en nuestra clase médica para afrontar esta amenaza para la salud   ”hay que extender los controles y la suplementación”, advierte nuestro doctor.

¡No deje que le amarguen el verano!".

 

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