El Ángel Caído

Escrito por Andrés Hernández. 24 de junio de 2017, sábado..

Como aquella leyenda que relata la génesis del infierno con su ángel caído del cielo, o como la novela de Harold Bloom, pueden ser el punto de partida de esta particular misiva sobre la figura de los ángeles negros, desterrados e impávidamente miserables. Bloom traslada su literaria preocupación por esta especie de ángeles caídos, que al igual que nosotros, recela y recelamos de su ostentación de la envidia, el rencor, la prepotencia, su miseria humana entorno a su patrañero liderazgo en fuerzas políticas de saldo, de outlets de barrio marginado, como podrían ser Sánchez, Iglesias, Rufián y demás penitentes de la moral sediciosa y frívola, o miserables personajes de esta nueva pero vieja casta política de podrida alma, y vergüenza de la honestidad, estas nuevas pero rancias castas que han convertido un Congreso de magna representación, adulterado ya por los ladrones de guante blanco que lo ocupan y ocupaban, en un teatro de corrala, en una farsa bolivariana o venezolana de monigotes de guiñol, en un circo mundano y ordinario donde, posiblemente hasta hoy se huela mal.

Un ángel caído es un ángel que ha sido expulsado del cielo por rebelarse o desobedecer a los mandatos de Dios, como Sánchez de su cielo socialista. Todo ángel es aterrador, sostiene Bloom y sostengo yo, sobre todo cuando se entrelazan con el populismo chabacano, ejemplo directo el de MC en Cartagena. La imagen de Satanás, el mayor de los ángeles caídos, fascina y asusta a la vez, como los ídolos sectarios pansexulaes que diría Freud. Posiblemente, todos los seres humanos tengamos algo de ángeles, pero de ángeles caídos. A lo largo de la literatura universal y de nuestra historia occidental, los ángeles siempre han servido como metáfora de la muerte, de la frustración y del dolor. Y así, aparece el nuevo mesías de los infiernos en su segundo advenimiento, Sánchez el poeta de lo absurdo, el hacedor de la muerte política socialista, el intrascendente barón de la negatividad –el tonto del NO- y el apátrida de corazón, emerge o renace en un nuevo escenario teatral aprovechándose de la acidez del partido y del propio anonimato del mismo del cual, él ha sido dos veces culpable en sus pesores resultados, como Tovar en Murcia o la Castejón en Cartagena, fracaso y fraude socialista, y acercándose a la miseria radical de la izquierda más mediocre  comandada por una Narbona anclada en el frustrado y fracasado odio. Una izquierda adulterada por el afán de protagonismo banal de Podemos con una sumisa IU tocándole las palmas, anclados en las interesadas filosofías marxistas y adulteradas por los populismos venezolanos, bananeros por chocarreros, y todo ello, en un mundo político poblado por arcángeles, ángeles, vampiros, cazadores y algún que otro humano, entramos en una lucha de desatinos que bien podría ser el argumento de una novela negra, por su similitud metafórica en cada representación  personal en el pulpito del Congreso con el asedio entre vampiros, diablos y brujas.

Sin duda alguna, son los mejores en lo suyo, y como los designios del arcángel literario, la misión de capturar, asediar y dar muerte política a los suyos lo llevan con gozo al extremo, a sabiendas que será una posible sentencia de muerte o suicidio, y estos, al fin y al cabo, atacan a los personajes por los cuales se sienten fascinados, cual presa humana se niegan a soltarlo, lamentablemente y para nuestra sorpresa hoy es un tal Rajoy su presa.

El ángel caído es el comienzo de una saga de estupideces muy adictiva por absurdas y hasta chabacanas que nos va a aportar dos años de deslealtades institucionales, majaderías políticas y plurinacionalidades bolivarianas, mezquinas e interesadas, protagonistas miserables de partidos corruptos además del PP, PSOE y sus ERES –el mayor escándalo de corrupción nacional-, Iglesias y sus permitidas por sociales corrupciones y abusos sociales, Monedero Echenique, Errejón, Mayer, etc, etc, …, como el Rufián, el Tarda y demás tontos contractuales que viven de la discapacidad intelectual de sus seguidores cuales populistas de secta sobrenatural. Estos actores nos van a ofrecer, con un estilo ágil e introduciendo sin parar, escenas de lo más absurdo, pecaminosas y aburridos discursos de adoctrinamiento universitario, contradicciones a la carta y esputos lingüísticos, es la nueva vieja casta política que como los ángeles caídos viven de la carroña política, sin moral, dignidad ni honestidad, solo de su populismo retroalimentado por la sumisión de su corte de ninfas y ninfos.

Al final, en el rincón izquierdo solo hay una guerra sectaria, a ver quién la tiene más larga, la coleta… o la colita, egolatría de líder de secta radical y estanca en la máxima exposición populista. Rafael, o su metáfora, es un arcángel sobre el que aprenderemos muchas cosas y nos llegará a seducir en estos años venideros pese a saber nosotros que, para la mayoría de su especie, los humanos, los miembros y miembras, las criaturas, los progenitores 1 y 2, las personas preñadas somos seres inferiores.

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