La alegría del Resucitado

Escrito por María José Díaz. Fotos: Tankke.

La procesión del Resucitado, como siempre, ha llenado de alegría las calles de Cartagena con un desfile que ha calado plenamente a cualquiera que no sea 'cali o marra', en definitiva, a todo el que se sienta cartagenero. Ésta ha ganado su partida con la alegría compartida de un día lleno de sol, donde esos tronos llevados a hombros por damas y caballeros portapasos, esas bandas de música con sus alegres partituras por el acontecimiento de la Resurreción, ese San Juan lleno de flores, luz y color y esa Virgen del Amor Hermoso con su palio bordado, derrochando su cariño a su pueblo, y sus penitentes llenos de sudor por el esfuerzo dedicado a su amada Madre, retrasando la llegada del trono y el canto de la Salve, porque saben que esto no volverá a repetirse hasta dentro de un año.

La Virgen cierra esta procesión en un dia lleno de público cartagenero y turistas que abarrotaban las calles soleadas para ofrecer su ultima (de momento ) oración y aplauso con el todo el cariño compartido. Después de todo esto, el cartagenero ausente volverá a su lugar de partida y los demas a sus quehaceres cotidianos. Se ha vuelto a dar en Cartagena el 'milagro de la solidaridad' en esta procesión del Resucitado como colofón a esos días llenos de 'escapadicas' para ver y cantar la Salve Cartagenera cada madrugada.

Al finalizar la procesión, alguien exclamó: "Podemos quedar tranquilos; ya está la Virgen dentro ". Así es el espíritu cartagenero y su devoción mariana.

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