Orígenes de la fiesta de la Candelaria o de la luz

Escrito por Rogelio Abad Martínez. Martes, 4 de febrero de 2014.

Cuando al paso por nuestras calles vemos en los comercios y en nuestras parroquias el anuncio de la misa con motivo del Día de la Candelaria, en ella se bendicen la candelas que se van a necesitar durante todo el año, a fin de que nunca falte en las casas la luz tanto física como espiritual, es sencillamente emocionante pues todavía se ve que aún existe el culto a las tradiciones.

Con la fiesta del día de la Candelaria tiene lugar la terminación del ciclo de las fiestas de Navidad; a partir de ese día se quitan ya los nacimientos y belenes, que se corresponde con el cuadragésimo día del nacimiento de Jesús, y por lo tanto de acuerdo con la ley judaica del Antiguo Testamento con lo que quedaba cerrado el ritual que acompañaba al nacimiento de un niño:

Su fiesta se celebra según el calendario católico universal el día 2 de febrero  en recuerdo del pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén y la purificación de María después del parto

Inicialmente la fiesta de la Candelaria o de la Luz, tuvo su origen en Oriente con el nombre de “Encuentro”, posteriormente se extendió al Occidente en el siglo VI, llegándose a celebrar en Roma con carácter penitencial. Aunque según otros investigadores, esta fiesta tuvo su origen en la antigua Roma, donde la procesión de las candelas formaba parte de la fiesta de las Lupercales. Que eran unas fiestas que se celebraban en la antigua Roma instituidas por Evandro el arcadio en honor del Pan Liceo, también llamado Fauno Luperco, de tal manera que en la  Roma arcaica se daba un fenómeno religioso; la prostitución sagrada de las mujeres que tenía lugar en el Ara Máxima, todo ello asociado con fiestas lupercales.

Esta celebración se unió mas tarde a la liturgia de la Presentación de Jesús en  el Templo, asociada a los cirios, antorchas y candelas encendidas en la mano de los fieles.

Actualmente, los fieles acuden a la misa de este día con las velas que son bendecidas solemnemente por el sacerdote y  a continuación se hace una corta procesión por el interior de la iglesia  con las velas encendidas cantando el “Nunc dimittis servum tuum que  su traducción  significa “ahora puedo morir en paz porque mis ojos han visto al Redentor” y es sencillamente el himno que entonó el anciano Simeón sacderdote cuando María le presentó a Jesús en el Templo..

La fiesta es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la Fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas, todos estos nombres expresan el significado de esta fiesta tan entrañable. Cristo la luz del mundo  presentado por su  Madre en el Templo, viene a iluminarnos  a todos al igual que las velas o las candelas de donde se deriva el nombre de  Candelaria.

 

Tras la aparición de la Virgen en Canarias y su identificación iconográfica con este acontecimiento bíblico la fiesta empezó a celebrarse con su   carácter mariano en el año 1497, cuando el conquistador de Tenerife  que sería su Primer Adelantado Alonso Fernández de Lugo y de las Casas, que celebró la primera Fiesta de la Candelas ya como Virgen de la Candelaria, coincidiendo con la fiesta de la Purificación. Más tarde  esta advocación mariana y su fiesta sería llevada a cabo por varias naciones americanas de las manos de los inmigrantes canarios

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