Primero de mayo. Día internacional de los trabajadores

Escrito por Rogelio Abad Martínez. 30-04-2015.

El día uno de mayo es la fiesta, con nombre propio, del movimiento obrero mundial. Jornada que se utiliza habitualmente para realizar las diferentes reivindicaciones sociales y laborales, conociéndosele también como ‘Día del trabajo’.

Los hechos hay que buscarlos en los albores de la revolución industrial en los Estados Unidos. Del oeste y del sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando con ello las primeras villas humildes que darían albergue a ciento de miles de trabajadores. Con la particularidad que estos centros urbanos fueron los receptores de emigrantes procedentes de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.

Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de 8 horas. Consistía en hacer valer la máxima ‘ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la familia’, pues anteriormente existía una ley que prohibía trabajar más de 18 horas, “salvo en caso de necesidad”. Si no había tal necesidad, cualquier funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a un maquinista o fogonero a trabajar jornadas de 18 horas diarias debía pagar una multa de 25 dólares. Esto es lo que ocurría a grandes rasgos en Estados Unidos de America..

En España comienza la primera manifestación, como una jornada de carácter reivindicativo, permitido por la Ley de Asociaciones, de la Restauración, que al no ser festivo la celebración de los actos públicos se tuvo que trasladar al domingo siguiente. Fue prohibida durante los siguientes dos años, y una vez legalizadas estas manifestaciones y desfiles, fueron calificados por la prensa escrita de la época, de una manera muy distinta, mientras que para unos este tipo de actos constituía una expresión de paz y libertad para  otros era nuna expresión de desorden y violencia.

De 1923 a 1930, el ‘Día del trabajo’ se celebró sin manifestaciones debido a la privación de este derecho durante la dictadura militar del General Primo de Rivera. De 1931 a 1936, durante la II República, se conmemoró en las principales ciudades española.

Pero la iglesia no ha estado insensible a estos eventos, pues hay dos ejemplos muy claros el primero de ellos, la encíclica ‘Rerum Novarum’ del Papa León XIII del 15 de mayo de 1891, era una carta abierta dirigida a todos los obispos que trataba sobre las condiciones de los trabajadores. En ella el papa dejaba bien claro su apoyo al derecho laboral, de formar uniones o sindicatos pero sin acercarse al marxismo.

El segundo ejemplo fue en el año 1954, cuando el Papa Pío XII declaró el uno de mayo la festividad de San José Obrero, en la plaza de San Pedro de Roma, añadiendo un mensaje católico a este día, y abriendo en un nuevo concepto de ‘obreros católicos’, con reivindicaciones  sociales y de fe siempre a la oposición de métodos e ideas de organizaciones comunistas y socialistas. En opinión del Vaticano, antes de esta declaración, este día se basaba en el odio, y odio hacia la religión

Esto es a grandes rasgos lo que constituye la celebración de la festividad del primero de mayo, concretamente el día que salen a la luz pública todas nuestras reivindicaciones sociales que nos asisten de pleno derecho

 

En la actualidad muchos países rememoran el 1º de Mayo como origen de movimiento obrero moderno. Hay algunos que no lo hacen siendo en general países de colonización británica, sirviendo como ejemplo los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá, que celebran el ‘Labor Day’ (Día del Trabajo) el primer lunes de septiembre.

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