'Carta de noviembre'

Escrito por IM. 25 de noviembre de 2019, lunes.

Carta escrita por Antonio Parra Sanz que se ha leído hoy en el IES Mediterráneo para contribuir a la erradicación de la violencia de género,.

Hoy no vamos a hablar de literatura, matemáticas o inglés. Hoy vamos a hablar de derechos, en concreto del derecho a vivir, el mismo derecho que le ha sido arrebatado a más de mil mujeres desde el año 2003, fecha en la que se empezaron a contabilizar las muertes por crímenes de género. Un derecho que, en lo que va de año, han dejado de tener 51 mujeres, que han muerto a manos de sus parejas o exparejas, por el mero hecho de ser mujeres.

Hay quienes se niegan a asumir la dimensión de esas cifras, de esos actos, hay quienes defienden que en las aulas debemos enseñar y no educar, pues bien, enseñemos conceptos, enseñemos el valor de la libertad, la libertad de una mujer a la hora de amar o dejar de amar a alguien, de trabajar o estudiar lo que cada cual desee, el valor del respeto y la igualdad, el valor de poder mantener la identidad propia sin que nadie nos amenace o nos maltrate. Enseñar a respetar los derechos también forma parte de lo didáctico, también es educativo, aunque les pese a muchos intolerantes.

Los derechos son la base de la convivencia humana, la base de cualquier democracia libre, y todos tenemos la obligación de defenderlos porque nadie tiene la potestad de ponerlos en duda o limitarlos. Por eso hoy es más necesario que nunca que no miremos hacia otro lado, que no guardemos silencio, que no permitamos una agresión más, es necesario asumir que cada vez que una mujer es agredida o muere, muere también un pedazo de nosotros, un pedazo de nuestra conciencia y nuestra libertad.

Muchas personas han dado su vida luchando por defender esos derechos, y muchas mujeres se dejan la piel cada día para que la igualdad sea una realidad y no una quimera. El silencio o el encogimiento de hombros no hace más que construir un refugio para los que menosprecian, para los que agreden, para los que matan. Erradicar la violencia de género, levantar la voz para acabar con ella, es cosa de todos, pero sobre todo de quienes tenéis el futuro en las manos.

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