'La Marina contra Isaac Peral'

Escrito por Javier Sanmateo Isaac Peral. 9 de noviembre de 2020, lunes.

Artículo de Javier Sanmateo Isaac Peral, bisnieto y biógrafo del inventor cartagenero, que también abarca a la reciente sala de submarinos inaugurada en el Museo Naval de Cartagena.

"En octubre de 1890, el órgano consultivo de la Marina que asesoraba al ministro de Marina, evacuó dos informes repletos de falsedades sobre los hechos verificados en las pruebas del submarino y de injurias contra su  inventor. El ministro de Marina lo ratificó y lo remitió al gobierno. El mencionado informe fue examinado por un notario de Madrid que apreció adulteraciones y enmiendas, de manera que el original, el que firmaron los altos mandos del Consejo, no es desconocido. Por otra parte, el ponente, capitán de navío Alcalá Galiano, se ausentó en la exposición final, pretextando estar enfermo y el ministro encargó al secretario del Consejo, capitán de fragata Emilio Ruiz del Árbol, la redacción definitiva del mismo.

  En los citados informes se le acusó de ser el responsable de los defectos de construcción del submarino, cuando era obvio que fue un sabotaje de los muchos (al menos ocho) que sufrió y que no pudo impedir porque no le permitieron supervisar las obras, salvo por las tardes al finalizar la jornada laboral. Le acusaron de copiar el aparato de profundidades, nada menos que de la Tortuga de Bushnell, un cacharro de madera de ¡1775!. Afirman con rotundidad que el submarino de Peral “no es  superior, sin duda, a la que puedan tener los torpederos submarinos que se construyen en el extranjero” olvidándose que no se estaba construyendo ninguno. La colección de memeces es impresionante y un baldón para le historia de la Marina. Se puede leer integro en la página web del BOE.

   Una chapuza criminal perpetrada por un ministro masón al servicio de la Gran Bretaña y de los EE UU, ayudado por jefes también masones.
 
  La Marina, secundada por el gobierno, adoptó en ese momento una decisión muy lesiva para los intereses de la Patria y para el prestigio del inventor; en pocas palabras, una traición de la peor naturaleza. A fecha de hoy, no se ha pedido perdón ni a la una ni a la memoria del inventor. En todo caso, llovía sobre mojado. El inventor fue sometido desde 1888 a una campaña de ataques y a un acoso terrible orquestado desde la Revista General de Marina por varios oficiales masones de la Marina y secundado por periódicos de ámbito nacional sometidos al control de los partidos políticos.

  El problema es que la Marina 130 años después de la vileza, mantiene su impostura y sus ofensas a la memoria de Isaac Peral. El pasado 22 de octubre se ha perpetrado una felonía mas: se han añadido varios paneles con información de dos artefactos fabricados y probados en el puerto de  Alicante, uno el 4 de agosto de 1860 y el otro el en 8  de mayo de 1861, ambos en presencia de las autoridades (30 años antes que el submarino, por tanto). En los paneles explicativos se afirma con rotundidad que “fueron probados con éxito.” Veamos que hay de cierto en esa información.  

  El primero de ellos, fabricado por Cosme García, efectúo durante 45 minutos diversas zambullidas al abrigo del puerto y algunos virajes sobre si mismo.  Luego, salió de aparato en compañía de su hijo, que formaba la tripulación -y la propulsión del mismo-, se marcharon a Madrid y dejaron el aparato abandonado. Es muy dudoso que de haber sido un éxito lo hubieran dejado allí. Don Cosme trató de “vender” su ingenio a los gobiernos de  España y Francia, pero fue rechazado por ambos. Algunos años más tarde, la Autoridad Portuaria de Alicante reclamó al inventor los derechos de amarre correspondientes a los años que el aparato estuvo atracado en la dársena alicantina. Sin un céntimo, Cosme encargó a su hijo Enrique (que había pilotado con él la prueba de Alicante) para que fuera allí, sacara la nave del puerto y la echara a pique.  

  El segundo caso,  fue más o menos parecido, el Ictíneo se sumergió a poca profundidad (al parecer, menos de seis metros), realizó cortos desplazamientos en varias direcciones, con gran lentitud en sus movimientos, apreciándose que no cerraba bien la escotilla y entraba agua al interior. La prueba se dio por concluida, más o menos, a las dos horas y media, después de que el ministro de Marina diera la orden pertinente. El propio ministro comentó a sus ayudantes "que no tenía aplicaciones prácticas". Los ministerios de Marina y Fomento pidieron a la Real Academia de Ciencias un informe sobre su utilidad. Sus conclusiones fueron demoledoras y juzgaron que, en aquellos momentos, no había solución para la navegación submarina y, más concretamente, escribieron: "El problema ciertamente no puede graduarse de irresoluble pero en el estado actual de conocimientos y con los medios disponibles, casi toca en la raya de la imposibilidad su completa solución".  Censuraron el uso del casco de madera, por ser inadecuado para resistir la presión de las profundidades del mar. Pero sobre todo, razonaba el informe (que está en en los archivos de la Marina) la inviabilidad de la propulsión mediante braceros, propulsión animal, por tanto.

   Los dos aparatos, el Cosme García y el de Monturiol, apenas superaban el caballo de potencia y carecían de medios de navegación. Por aquellos años, concretamente en 1862, se construía para la Marina española, la Numancia, primer buque blindado que dio la vuelta al mundo, con un motor de vapor de 1000 caballos. Obviamente estaban obsoletos antes de su puesta a flote.

  Es evidente que esta ignominia dolosa se hace en la ciudad natal del inventor con toda la intención de menospreciarlo y perjudicar su prestigio como inventor del submarino, tratando de justificar el delito cometido hace 130 años.

 

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