'28 años de juntas vecinales'
Fueron en su momento instauradas por el gobierno municipal del PP allá por el año 1995. Hasta ese momento, en los barrios y pueblos del municipio solo existían las asociaciones de vecinos, que no recibieron con agrado la noticia de que unas juntas vecinales municipales iban a ser creadas para promover la descentralización, porque sospechaban que, con su creación, más que la descentralización lo que se pretendía en realidad era un acoso y derribo de las asociaciones vecinales por resultar incómodas y difíciles de controlar por el poder municipal, en aquellos momentos en manos del PP.
El movimiento vecinal inicialmente se opuso a las Juntas Vecinales porque era más que evidente que venían no solo a quedarse, sino también a desplazar y restar protagonismo a las Asociaciones de Vecinos. Un ejemplo de esta absorción fue que como los partidos políticos carecían de militantes en muchos de los pueblos tuvieron que echar mano de miembros de las Asociaciones de Vecinos para ocupar las vocalías de las juntas vecinales.
No sirvió de nada la oposición de las Asociaciones de Vecinos durante unos cuantos años ya que toda la maquinaria municipal se puso en marcha para fortalecer a las nacientes Juntas Vecinales y finalmente se impusieron tras un pacto al que llegaron en nuestro municipio PSOE y PP, mientras que IU se mantuvo al margen.
Desde entonces el debilitamiento del movimiento vecinal ha sido progresivo. Las Asociaciones de Vecinos han ido desangrándose poco a poco, hasta desaparecer en algunos casos ,o en el mejor de los casos llegar a convertirse en satélites de estas Juntas, ya que fuera de su órbita difícilmente pueden llegar a subsistir.
El vigor de las Juntas Vecinales se nota en que a los partidos políticos les resulta relativamente fácil encontrar candidatos para ocupar los asientos de las Juntas Vecinales , incorporando incluso a gente que no ha demostrado anteriormente inquietudes sociales de ningún tipo, en cambio las Asociaciones de Vecinos se las ven y se las desean para encontrar gente y los que se animan se suelen cansar relativamente pronto porque sufren un gran desgaste.
Las Juntas Vecinales desde el primer momento vienen ejerciendo un control de las Asociaciones de Vecinos a las que utilizan para que realicen las labores más ingratas que ellos no quieren hacer, como dirigir los centros cívicos o la organizacion de las fiestas.
La única salida que tiene el movimiento vecinal si quiere encontrar su sitio en este nuevo escenario, es la de no perder la esencia reivindicativa que en otros tiempos las caracterizó, presionando tanto a la junta vecinal como al Ayuntamiento para que las necesidades de los vecinos sean resueltas, representando realmente a los vecinos, porque para representar al Ayuntamiento ya están las juntas vecinales.