El autor confeso afirma que golpeó con el martillo a Rosalía "de frente"

Escrito por Carlos Illán Ruiz - 21DEhoy agenCYA. 21 de marzo de 2022 - LUNES.

Juan M.G. reconoce, en sus declaraciones, su acción, la cual expone qu fue motivada por la sentencia de divorcio adversa y por una discusión que se originó. “Cuando ella me dijo ‘quita cabrón’ reacción sin pensar. Luego se me puso todo negro y llamé al 1-1-2 pidiendo auxilio y diciendo que le había dado martillazos”, ha indicado. También reconoce que existió maltrato hacia su expareja.

🚚. La sala ha sufrido problemas de audición debido a la sucesión y volumen de los bocinazos de camiones en el exterior en una nueva jornada de la huelga de transportistas

⏩ El forense no puede determinar la posición de los protagonistas en el momento del golpe y un médico indica que ella sufría “el maltrato de la incomunicación verbal” y que pensaba que su marido y su hija se reían de ella, pues si le decían algo en la casa lo hacían por WhatsApp

En el interrogatorio a Juan M.G., el hombre comenzó exponiendo que entre 2013 y 2015 llegó a un acuerdo con su mujer para hacer vidas separadas, “era unas relaciones totalmente nulas”, afirmó. Reconoció que en 2018 tuvieron una fuerte discusión, “gritamos e nos insultamos, pero no llegué a amenazarla, creo, pues no recuerdo exactamente. Tras la discusión, ella se marchó y volvió a la casa una semana después, y entonces se repartió la casa”. ¿La menospreciaba con expresiones?, le ha preguntado el fiscal. “Apenas había relación y alguna vez pudo suceder por parte de ambos”, respondió.

La sentencia de divorcio la recibió “con enfado, obviamente, pues me sentía perjudicado. Fui al despacho del abogado a pedir explicaciones, pues consideraba que su defensa fue nula, pero sin malas maneras. Estaba solo y luego me acompañó a la puerta y me fui”, expuso. Dos días más tarde tuvo lugar el trágico suceso del 22 de julio de 2022. “Esa mañana, tras acompañar a mi hija, regresé a casa y después ella se levantó y se marchó, como era habitual. Luego regreso y, sobre las doce y media horas, comenzamos a discutir y pasó todo. Ella iba a fregar el aseo y se dirigió a mí diciendo que me había echado de la casa y que iba a hundir a mi hija. Empezamos a discutir y en un momento dado me dijo ‘¡quita cabrón!’, instintivamente y sin pensar, cogí el martillo y le di. Cuando vi que no respiraba llamé al 1-1-2”.

La grabación de ese aviso al servicio de emergencias se ha escuchado en sala, con la voz del hombre agitada y reconociendo que le había dado martillazos a la mujer. El fiscal le dice que en la instrucción y en esa llamada habla de hasta cuatro golpes de martillo, a diferencia de lo que dice ahora. “Di uno y no sé si di también uno o dos más. Entonces dije esa cantidad sin saberlo, pues cuando sucedió lo veía todo negro después”, afirmando que el golpe lo dio “de frente”. ¿Tuvo intención de causarle la muerte?: “Fue instintivo y sin pensar, pero lógicamente sé d las consecuencias de varios martillazos. Todo lo vi negro y al despertarme la vi con sangre y llamé al 1-1-2”, apunta. No le prestó ayuda alguna. “No sabía si tocarla o no por si le hacía más daño. Lo mismo le sucedió a la policía, que estuvieron esperando veinte minuto o media hora hasta que llegó al ambulancia, y tampoco hicieron nada”.

La letrada de la acusación particular, María del Carmen Peña Rubert, quien ha comenzado aclarando que ya habían acordado antes que el acusado reconocía el homicidio y el maltrato. “Sí”, ha respondido. La acusación popular, a continuación, ha pedido que matice el desencadenante para recoger el martillo: “Fueron la sentencia y el empujón con el ‘quita cabrón’. Fue lo que me hizo reaccionar durante la discusión”, respondió el autor confeso. Recordar que la sentencia de divorcio suponía que dejase la casa a la mujer y le pasase de pensión indefinitiva 700 euros de los 1.500 que el hombre cobra al mes. José María Caballero, letrado defensor, formuló una única pregunta centrada en la posición del momento del golpe: “Estábamos de frente. Soy diestro y le di en la parte izquierda”.

En esos momentos, la audición era complicada en sala debido a la sucesión y volumen de los bocinazos de camiones en el exterior, dentro de una nueva jornada de transportistas.

El capítulo de declaraciones ha continuado con un médico forense que participó en la autópsia, que resaltar la ausencia de un tramo de la bóveda craneal. Ha dicho que fue “una herida multifragmentaria a consecuencia de una fuerza importante” en la que se perdieron más de mil centímetros cúbicos de sangre (“mucha cantidad para el poco tiempo que había tenido lugar el golpe”). El informe no puede determinar el número de traumatismo y heridas. También resaltó que no vieron señales de lucha en el cadáver. Pregunta importante: ¿El golpe fue frontal o por la espalda?. Respuesta: “No se puede fijar la posición en el momento de la agresión”, manifestó.

Un médico psicólogo que la estuvo atendiendo con sesiones mensuales expuso que Rosalía depresiones, que la degradación de la relación tuvo su origen en infidelidades y que su esposo “no tenía aprecio por ella”. Respecto a vivir aislada, “le fue impuesto por la hija y el marido. Le provocaba sufrimiento, especialmente la incomunicación verbal, lo que para mí es un claro maltrato. Como ejemplo, un familiar te hablaba por WhatsApp en su propia casa. Reiteraba que sentía que se reían de ella. Fue muy presión y a veces precisaba salir”. ¿Llegó a sentir temor hacia el marido?, le han preguntado al médico, respondiendo de forma negativa, “se sentía tranquila en ese sentido. Sí temía la reacción del hombre cuando conociese la sentencia”, apuntó. El abogado defensor le ha preguntado si en algún momento contrastó lo que ella le decía y ha dicho que no, “ella venía para sanar su malestar emocional”.

Después ha tenido lugar la proyección de la reconstrucción de los hechos desde dos perspectivas diferentes, una de la policía judicial y otra de la policía científica.